El último badland
Pincha sobre la foto, la hice hace un par de horas. Cuando vuelvo a casa después de un día con la familia, y si me pilla de camino, me gusta pasar por los badlands o "paisajes lunares" de la cuenca del río Mula, en Murcia. De hecho, siempre pienso que me gustaría vivir en este desierto de tierras blancas, margas profundamente acarcavadas por el paso de aguas torrenciales y único en el mundo. Es frecuente que gentes de toda Europa vengan exclusivamente a contemplar este paisaje, uno de nuestros patrimonios más sagrados. Nuestros profesores de Geografía nos lo mostraban con orgullo en el instituto y más tarde lo hicieron los de Geología y Edafología. Supongo que lo seguirán haciendo y supongo que la estima que nos merece esta tierra sigue siendo poca. Tierra estéril denominada "monte" por mis paisanos, término con connotaciones despectivas para los habitantes de los pueblos cercanos, lugar donde habitan personas de menos recursos económicos que uno mismo ("esa vive en el monte") o donde arrojar a los rios-rambla todo tipo de escombros y basuras ("lo he tirao al monte"). Por fortuna, y aunque no salvaguarde el futuro de nuestro tesoro sino todo lo contrario, algo esta cambiando: "Esa vive en el Trampolín Hills Golf Resort de Campos del Río". Con tanto hortera por medio, del asunto del agua ya ni hablamos.